¿Como en casa?

Ante el éxito de las plataformas de alojamiento entre particulares y para satisfacer los deseos y aspiraciones de los millenials, los hoteleros redoblan de imaginación y rompen los códigos de la hotelería tradicional. El objetivo es eliminar las separaciones dentro del hotel, convertirlo en un lugar frecuentado por todos, residan o no en el establecimiento. Mucho más que habitaciones confortables y un servicio impecable, ofrecen a sus huéspedes una experiencia: conciertos, exposiciones, cócteles, dj sets, entrenamiento deportivo, clases de cocina... todo esto en un vestíbulo muy cuidado con todo lo necesario para favorecer la «convivencia». Venimos aquí a tomar una copa, a vivir el barrio, a trabajar e incluso a hacer negocios. En resumen, la gente viene cada vez más, pero no necesariamente para dormir, y eligen quedarse aquí porque les gusta la personalidad única del lugar. Las grandes cadenas no se equivocan y ellas también apuestan por la tendencia lifestyle repensando su oferta, personalizando cada establecimiento y cuidando cada detalle en este sentido. Con este objetivo en mente, también se están replanteando los trajes de conserjes, gobernantas, camareros, etc. Se acabó lo de llevar el traje tradicional de tres prendas, impecable, sin una arruga, que pone demasiada distancia entre el personal y los huéspedes, sino, por el contrario, de vestir conjuntos en línea con los tiempos actuales: vaqueros, sudadera, gorra y zapatillas se imponen y también los aparcacoches están ahora exentos de la capota tradicional, han pasado al impermeable y la gorra informal.

Es LA gran tendencia del momento: el coworking. Espacios de trabajo, y más. El principio consiste en ofrecer a los ocupantes una multitud de servicios y posibilidades que les permitan trabajar en un contexto favorable y cálido donde la vida profesional y extraprofesional se mezclen sin límites y donde los contactos, los intercambios y la ayuda mutua entre coworkers proliferen. Inicialmente frecuentados por autónomos, freelancers y start-ups, los espacios de coworking son cada vez más atractivos para las grandes empresas, que se dan cuenta de que el ambiente que reina allí también es un vector de emulación de los equipos que ya no están limitados por horarios, oficinas siniestras y una no menos siniestra máquina de café. Los compañeros de trabajo pueden instalarse donde quieran: dentro, fuera, aislarse si es necesario, pueden tomar bebidas saludables y café bio, pueden asistir a una sesión de yoga, a una conferencia sobre el bienestar, participar en talleres creativos pero también distraerse o tomarse un pequeño descanso reparador: en resumen, ¡son libres de pensar en sí mismos, incluso en la oficina! Este ambiente sin grandes imposiciones suele ir acompañado de un mejor rendimiento de los empleados y un mayor apoyo a los valores de la empresa. Tanto es así que ya no es tabú, es incluso normal, llevar ropa con los colores de la empresa, con una única condición: ¡que sea agradable y cómoda!