Tras la crisis de la Covid 19, en la que las tiendas tuvieron que cerrar sus puertas todo el mercado quedó en manos del e-comercio, siendo sus actores los únicos que podían satisfacer las expectativas de los clientes, los comercios tradicionales se ven obligados a renovarse si desean recuperar a su clientela y fidelizar a una nueva. Más que nunca, deben ofrecer una experiencia en la tienda que sea imposible reproducir al comprar en línea.

En el mundo de los eventos, pero también en la recepción o la animación de las operaciones de marketing, hay una profesión ineludible, que raramente es un foco de atención y que sin embargo, es esencial. En efecto, los azafatos o azafatas son, durante su misión, los primeros representantes de la marca que los emplea. Son las primeras personas que verá cuando entre en una feria, en el stand de las marcas expositoras, pero también son los que le entregarán un folleto o una muestra durante una operación de marketing en la calle, son los que le informarán en los grandes almacenes, son también los que le darán la bienvenida y le guiarán hacia su plaza durante un evento cultural o deportivo.

La tendencia lifestyle está en todas partes: en comercios, hoteles, restaurantes, decoración, moda e incluso en el trabajo. ¿Qué significa esto? El objetivo es ofrecer al público un entorno diáfano, proximidad, intercambios y, sobre todo, una experiencia que se libera de las imposiciones. La libertad es la palabra clave: en los hoteles, significa dejar de imponer un horario de desayunos, por ejemplo; en un café, significa poder tomar prestado un juego de mesa o un libro de la biblioteca y sentarse en un cómodo sillón; en un área de trabajo, significa tener espacios de intercambio y relajación donde los usuarios habituales podrán reunirse para tomar una copa o jugar al futbolín.